Es impresionante observar las diferencias culturales en un lugar como Italia donde tantas culturas se mezclan (para mi, era la primera vez que veía en un mismo vagón del metro a un chino, un italiano, un indio, un canadiense y claro yo, un peruano). Una de las cosas que más me ha llamado la atención de Italia no es el Duomo de Milán (que de por sí es muy bello), sino el hecho de que la gente tiene por costumbre "sonarse la nariz" sin el menor pudor (a ojos latinoamericanos, o al menos... peruanos).
No sé cómo será en el país de ustedes lectores, pero en el Perú sonarse la naríz se considera un acto privado o que, si acaso público por las circunstancias, debe hacerse con el menor ruido posible (y también el menor "casino" posible), total diferencia a cómo se percibe en Milán donde todos lo hacen (desde el anciano hasta la mozuela con zapatos rosas, desde el tipo con pinta de modelo hasta la chica rubia platinada que desciende de su flamante Audi). Y no sólo lo hacen, sino que al hacerlo emiten un ruido tal que (al no saber qué hacer las personas no acostumbradas al hecho), no queda más que sonreírse y pensar "así debe ser aquí".
Seguramente no todos serán así, los habrá más cuidadosos, pero puedo decir que escuchar un "mfffrrrrrr" es muy común y no los culpo, pues un problema muy generalizado en este país es la alergia (yo mismo tengo una ahora mismo jaja) y claro, la necesidad ha superado de lejos al "código", el código de "ay!, no! me verá aquella señorita".
Así que si están por aquí y escuchan una "buena sonada", no se sorprendan, ustedes siguen jeje.
JAvo
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